lunes, 28 de marzo de 2011

¿El fin de la publicidad?

A nadie le gusta que le acosen. En un mundo inundado de estímulos procedentes de televisión, radio, Internet... preferimos cerrarnos en banda y preguntar a los amigos, conocidos o foros qué comprar y dónde comprarlo.

Mucha publicidad existente en medios masivos es tonta, barata y carente de emociones. Estamos tomando al cliente potencial como alguien que se va a creer a pies juntillas el mensaje que le decimos y la forma de decirlo y nos olvidamos de una cosa... el cliente no es idiota. Debemos sintonizar su misma frecuencia y transmitirle algo que realmente le motive a efectuar la compra. No por repetirle más veces que compre va a terminar comprando nuestro producto. Si el mensaje o la forma de decirlo es malo, por mucho que le intentemos repetir que lo adquiera... no lo hará.

Hoy en día hay que entender que hay miles de sustitutivos a los que poder acceder. Y si queremos vender nuestro producto potenciándolo con publicidad más nos vale que el público objetivo quiera vernos o escucharnos.

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